Estancia molt agradable, limpieza impecable i personal molt amable. El desdejuni, variat i deliciós amb embotits de la zona. Ubicació ideal, tranquil·la i a prop de rutes per gaudir de la natura.

Las instalaciones limpias, pero el aire acondicionado hacía mucho ruido.

El desayuno era bastante completo y bueno.

cerca de parques y monumentos en tortella

Estuvimos un fin de semana y el ambiente era realmente acogedor, lo que nos hizo sentir como en casa, además, la cercanía a lugares como el Parc Garrell, a solo 2 km, te permite disfrutar de la naturaleza y relajarte en medio de un paseo por la ciudad.

El lugar es muy acogedor y perfecto para estancias cortas. La limpieza es impecable y el desayuno es excelente, con variedad de opciones para elegir. Además, su ubicación en el centro del pueblo permite acceder fácilmente a los pocos bares y atracciones locales, aportando un aire auténtico a la experiencia.

El estacionamiento podría ser mejor señalizado para quienes no conocen la zona.

Vaya desayuno! Nos sorprendió la variedad y la calidad, especialmente los embutidos de la zona que alegraron cada bocado. Además, el personal fue encantador y nos ofrecieron una habitación con terraza, perfecta para relajarnos. ¡Totalmente recomendado!

A veces, encontrar el hotel puede ser un lío y, aunque hay un buen parking gratis cerca, en el pueblo no había mucho para cenar y el restaurante del hotel estaba cerrado. Pero, como siempre, ¡encontramos siempre algo para hacer que la estada brillara!

el desayuno incluía embutidos muy sabrosos y estuvo muy bien servido. la habitación era algo pequeña.

Una experiencia familiar muy agradable

El hotel es súper acogedor, perfecto para familias. La atención fue increíble, especialmente de Cristina, que siempre estaba dispuesta a ayudar. El desayuno era genial, con amplias opciones, incluyendo embutidos locales. Aunque el estacionamiento no estaba tan bien indicado, realmente disfrutamos nuestra estancia.

No me lo esperaba para nada…

La atención fue excepcional, especialmente por parte de Cristina, quien compartió recomendaciones locales. Las vistas desde nuestra terraza eran encantadoras y el desayuno, rico en embutidos y dulces, superó nuestras expectativas. La limpieza, impecable, además el ambiente del hotel es acogedor y relajante. Un lugar perfecto para una escapada en familia.

La habitación era grande y limpia, ideal para mi familia y mamá. Disfrutamos mucho del desayuno, que era excelente y variado, además el personal se notaba muy atento, lo que hizo nuestra estancia mucho más agradable.

A mis hijos les hubiera encantado que hubiese más juegos en la sala, eso haría la experiencia aún más divertida.

acogedor, acogedor, acogedor

El ambiente del hotel es tan acogedor que me sentí como en casa desde el primer momento. La atención, especialmente de Cristina, fue espectacular. siempre dispuesta a darnos recomendaciones locales. Y qué decir del desayuno, embutidos frescos y deliciosos que alegraron nuestras mañanas.

Totalmente recomendable 💖🌟

El hotel tiene un ambiente familiar y acogedor, con instalaciones limpias y bien cuidadas. Está cerca de lugares como Olot y Besalú, lo que lo convierte en una base excelente para explorar la región.

La habitación inicialmente asignada era demasiado pequeña, carecía de la terraza y el baño con bañera que esperábamos, y además, el aire acondicionado apenas enfriaba con el calor extremo. Experimentamos problemas con la electricidad que requirieron el cambio de habitación, que aunque fue más grande no cumplió con la solicitud de cama de matrimonio, y el mal olor proveniente de las tuberías era bastante desagradable, requiriendo que abriéramos las ventanas para ventilar.

El hotel tiene un ambiente acogedor, ideal para familias. La atención fue excelente, especialmente de parte de Cristina, quien nos ayudó con recomendaciones locales. El desayuno es variado y de buena calidad. Sin embargo, el parking podría ser más claro para los que no conocen la zona.

Estuvimos un fin de semana y nos encantó el Hotel Alta Garrotxa. La habitación tenía una terraza privada donde disfrutamos del aire fresco, y la cama era tan cómoda que dormimos como bebés. El desayuno era variado, destacando el café de máquina, que es un gran detalle. Además, el personal, especialmente Cristina, fue muy amable y nos proporcionó información útil de la zona.

La habitación era algo pequeña.

El desayuno era tan abundante que parecía un banquete real, desde embutidos curados que alegrarían el día de cualquier charcutero, hasta dulces que harían sonreír hasta al más serio. Además, disfruté de una vista encantadora desde la terraza del hotel, donde no me importaría quedarme a contemplar el paisaje toda la mañana.

Algunos servicios limitados